El Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar de Barcelona han elaborado un estudio, a nivel europeo, sobre el aislamiento social o también llamado Hikikomori. Un síndrome en el que los que la padecen se aislan totalmente de la sociedad. Hasta entonces, se vinculaba este aislamiento a la cultura Nipona, ya que se pensaba que solo habían casos de Hikikomori en Japón.
Este estudio ha permitido conocer que este aislamiento también se padece en otros países como Omán, Italia, España, India, Estados Unidos y Corea. Concretamente en España se han diagnosticado 146 casos.
Se trata de un problema que se halla subestimado en España, debido a la dificultad para acceder a estas personas y realizar un diagnóstico concreto y también por la falta de equipos de atención especializada a domicilio.
El término Hikikomori, utilizado en Japón, se utiliza para referirse al fenómeno social de grandes grados de aislamiento y abandono de la vida social, debido a factores personales y sociales. En Japón suele afectar más a hombres que a mujeres. Se trata de un término que designa tanto a individuos que sufren fobia social como problemas de ansiedad social (agorafobia, trastorno de personalidad extrema, etc). Las personas que lo padecen se retiran totalmente de cualquier compromiso social que no sea virtual.
Ha sido la creación de un servicio de atención domiciliaria para personas con trastornos mentales graves, en Barcelona, lo que ha permitido sacar a la luz la verdadera dimensión de este síndrome.
En el estudio, se registraron y evaluaron un total de 164 casos, de éstos, el 73,8% eran jóvenes de sexo masculino con una media de edad de 36 años, mientras que las mujeres eran mayores de 51 años. La mayoría vivían con la familia y la mitad de los casos tenían estudios superiores. El aislamiento medio fue de 39.9 meses, siendo 30 años el periodo máximo. Destaca que la mayoría de los afectados que permanecieron aislados durante más de cuatro años, sufrían un trastorno psicótico, lo cual demuestra que las personas con trastornos graves son mas propensas a mayor tiempo de aislamiento.
El estudio refleja que el papel de la familia es fundamental en las personas que padecen este síndrome, no solo en la detección del problema, sino como uno de los aspectos que puede favorecer el aislamiento. debido a la falta de habilidades en la resolución de problemas, relaciones inapropiadas con el enfermo, no tratar de solucionarlas por miedo a represalias agresivas. En algunos casos las madres de algunos enfermos padecían ansiedad y trastornos afectivos y los padres, trastornos psicóticos y consumo de drogas.
«Se trata de un problema complejo. los equipos que intervengan deben estar bien entrenados y ser multidisciplinares, ya que una de las principales dificultades para el tratamiento es ganar el acceso a los participantes y obtener colaboración por parte del enfermo», explica la doctora Ángeles Malagón-Amor, primera firmante del estudio.