Ayer 1 de octubre, fue el día internacional de las personas mayores, un colectivo que a mí personalmente me apasiona, porque además tengo el privilegio de trabajar con ellos, lo cual me da la oportunidad de cultivarme cada día, aprender a ver la vida desde otra perspectiva y conocer historias apasionantes del ayer.
Del mismo modo, y desde el punto de vista social, las personas mayores desempeñan un papel cada vez más importante. Supone una revolución demográfica en todo el mundo. En la actualidad hay alrededor de 600 millones de personas de 60 años y más, según la OMS. Se estima que en 2025 esta cifra se duplicará y llegará a casi dos mil millones hacía el año 2050 (la mayoría de ellos en países en vías de desarrollo).
En un mundo que envejece rápidamente, las personas mayores desempeñar una gran labor, a través del trabajo voluntario, trasmitiendo experiencia y conocimientos, cuidado a sus familias y con una creciente participación en la fuerza laboral remunerada.
Un ejemplo de esto, en África y en otras muchas zonas del mundo, millones de personas afectadas por el SIDA son cuidadas en sus hogares por sus padres, al fallecer los pacientes, sus hijos pasar a ser atendidos por sus abuelos.
Pero este importante papel que desempeñar los mayores no solo se limita a los países en vías de desarrollo, En el caso de España, por ejemplo, el cuidado de personas dependientes y enfermas (todas las edades) en su mayoría es llevado por personas mayores (especialmente mujeres). Según la OMS “el promedio de minutos ocupados por día en la provisión de esos cuidados aumenta exponencialmente con la edad de los cuidadores: 201 minutos si el cuidador pertenece al grupo de edad 65-74 y 318 minutos si su edad es 75-84 – comparado con sólo 50 minutos si el cuidador está en el grupo de edad 30-49 (Durán H, Fundación BBVA, 2002”).
Tales contribuciones al desarrollo, sólo pueden ser aseguradas si las personas mayores disfrutan de adecuados niveles de salud para los cuales deben existir políticas apropiadas.
Fomentar la salud de estas sabias personas está en nuestras manos. No podemos olvidar un legado tan importante y que aporta tanto a nuestra sociedad.
“La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla”. Jean-Jacques Rousseau.
Los comentarios están cerrados