Antes de nada, debo decir que no soy profesional en esta área, tan solo me limito a compartir en mi web, un método básico que según varios estudios es productivo y necesario para la resoluión de conflictos en estas edades. No es tarea fácil combatir esta problemática pero siguiendo algunas pautas y a veces, apoyados por profesionales se puede lograr. Espero les sirva de utilidad.
MÉTODO I TOMAR CONCIENCIA DEL PROBLEMA:
Como padre de un adolescente problemático, tienes que tener una estrategia para batallar con los problemas de su comportamiento y ayudarlos a lidiar con los mismos. Esto podría parecer una tarea desalentadora, pero no tiene por qué serlo. Estas son algunas cosas que debes considerar cuando estés atacando este problema:
Debes saber lo que tu hijo está enfrentando. Puede estar teniendo problemas por un gran rango de razones, desde de comportamiento (uso de drogas, exploración sexual y actividad criminal) a mentales (ego y autoestima). Ser consciente de las cosas que está enfrentando es el primer paso para ayudarlos a recuperarse.
Antes de empezar a investigar, intenta comunicarte honestamente con tu hijo (o pídele a alguien más que lo haga por ti). Si no están dispuestos a abrirse, tendrás que empezar a unir las piezas tú mismo.
Observa sus problemas de comportamiento. Estos incluyen malas calificaciones, falta de interés en los pasatiempos que antes disfrutaba y actividades sospechosas.
Aunque estos son sólo síntomas de una causa mayor, estar alerta te ayudará a armar el rompecabezas y ayudarte a conocer a tu hijo/a. Toma cualquier oportunidad para obtener información y anótalo para mantenerte mentalmente organizado.
Habla con otras personas de su mismo círculo. Tus vecinos y los padres de los amigos de tu hijo son un buen lugar para empezar. Esto amplía tu visión de la situación y de las influencias que pudiera estar teniendo a través de sus amigos. Además de ser fuentes valiosas de información, es probable que estén pasando por lo mismo y que sean una fuente de apoyo. No tengas miedo de abrirte y compartir tus preocupaciones, sólo estás intentado involucrarte y ser un buen padre/madre.
Lleva un registro del progreso de tu hijo/a. No todos los adolescentes van a ser excelentes estudiantes, ni van a empezar a tener pareja a la misma edad. Pero saber en qué camino están te ayudarán a predecir mejor el futuro.
No todos los hechos son necesariamente indicadores de problemas o rebelión. Pero como un padre, debes de familiarizarte con el crecimiento, tanto físicamente como de madurez, de tu hijo/a.
Entiende lo que es un adolescente normal. Algunas señales de problemas pueden simplemente ser señales de crecimiento. Todos los adolescentes pasan cambian mientras crecen. Estar a la moda suele ser algo importante para la mayoría de los adolescentes. Esto podría significar que tu hijo podría pintarse el cabello o vestirse provocativamente de repente. Eso es considerad como un comportamiento normal. Limita tus críticas a los temas más importantes, como los tatuajes. Un cambio en la apariencia no es una bandera roja a menos que sospeches que se esté autolesionando o veas pérdidas o aumentos importantes de su peso. Conforme van madurando, los adolescentes se vuelven más rebeldes y argumentativos. Las banderas rojas son si deja de ir a la escuela, se pelea y es violento, en cualquier nivel, en casa. Esto se sale de las normas de la rebelión de los adolescentes.
Los cambios de humor son normales. Puede estar muy irritable y después estar saltando de alegría. Debes de preocuparte si presentan ansiedad, tristeza o problemas de sueño. Estas podrían ser señales de depresión o intimidación.
Es normal el consumo mínimo de drogas o alcohol. Si se vuelve algo habitual o está acompañado de problemas escolares o en casa, entonces debes de considerarlo como una bandera roja.
MÉTODO II APOYARLE:
Ponte del lado de tu hijo. Comunícate abiertamente con ellos y hazle saber que te importa, te preocupas por él y que estás interesado en lo que pasa en su vida.
Todos los adolescentes (en realidad, todas las personas) necesitan sentirse queridos. Sin importar que tan independiente o renuente pueda parecer ser, necesita tu atención positiva y tranquilizadora.
Apoya las influencias positivas en su vida. Si se involucran en un deporte, club u otra actividad positiva, apóyalo para que puedan ser lo más exitosos posibles en lo que están haciendo. Saber que tienen un fanático los motivará a alcanzar estas metas positivas.
Tienes que apoyarlo de manera muy obvia. Las investigaciones han demostrado que los adolescentes suelen malinterpretar las expresiones faciales, cuando les muestran imágenes de caras de adultos expresando distintas emociones, los adolescentes solían interpretarlos como si estuvieran enojados. Esto se debe a que los adolescentes utilizan una parte distinta de sus cerebros para identificar las emociones.
Busca ayuda profesional en caso de ser necesaria. Es probable que tu hijo no se desahogue contigo, pero un terapeuta certificado puede ser una buena alternativa.
Consulta a tu pareja o a un familiar cercano para saber su opinión. Si la terapia es necesaria, primero habla con tu hijo/a. Si no quieren, explícales los beneficios de la terapia y que no hay ningún estigma al respecto y que incluso nadie tiene que saberlo.
Elige un terapeuta que se especialice en adolescentes problemáticos. Cada terapeuta tiene una especialidad e investigarlo previamente puede maximizar la efectividad de la terapia de tu hijo.
MÉTODO III LIDIAR CON LOS PROFLEMAS DE FORMA EFECTIVA:
Establece límites para tu hijo. Un toque te queda es algo preceptivo, pero muchos adolescentes necesitan saber a qué hora deben llegar a casa, ponerles límites sobre a dónde pueden ir y lo que pueden hacer puede ayudarlos a reconocer que su comportamiento sí importa. Sé razonable y prémiales su buen comportamiento. Si tu hijo está saliendo con amigos que conoces y te llama para dar señales, relájate. Te están dando una buena razón para que confíes en ellos, demuéstrale que reconoces y aprecias su buen comportamiento. Fija consecuencias. Decir estás castigado no es algo útil si al día siguiente ya están en la calle de nuevo. Asegúrate de que tus límites tengan una razón para cumplir con ellos. No cambies de opinión. Puede ser difícil en un inicio, pero tener una rutina les permite a ambos saber lo que esperan. Tu adolescente sabrá las consecuencias de sus acciones sin tener que explicárselas.
Habla con los profesores o consejero de tu hijo. Si sospechas que se está desarrollando un problema escolar, tal vez te esté privando de esa información. Los profesores no tendrán problema alguno con tener una junta confidencial contigo. Decirles que tu hijo está teniendo problemas no es algo embarazoso, los maestros están ahí para ayudar y pueden no estar conscientes de los problemas que sus alumnos pueden tener en la casa.
Dale a tu hijo su espacio. Necesita todo el tiempo del mundo para descubrir lo que quiere ser. Encerrarse en su cuarto no es lo peor. Dale tiempo. Esto es especialmente necesario si tu adolescente es propenso a enojarse. Necesita tiempo para relajarse. Exigirle que se disculpe cuando sigue enojado sólo empeorará la situación.
Dale responsabilidades. Esto puede ser de cualquier manera que creas apropiada. Dale una lista de las tareas en el hogar o pídele que le ayude a la comunidad para recibir dinero. Motívalos para que se meta a trabajar medio tiempo. Si no lo buscan ellos mismos, pregunta en tu zona para ver si hay un empleador potencial o si alguien necesita que le realicen algún trabajo. Involúcralos en la familia. Pero primero, ¡asegúrate de tú te involucres! Realiza cenas familiares y noches de juego como eventos regulares. Hacerle saber a tu hijo que es parte de la familia y que importa hará que se sienta culpable por sus acciones.
Pon un buen ejemplo. Si estás constantemente en la computadora y enviando correos en la mesa, ellos no tendrán razón alguna para no seguir tu ejemplo. Si esperas que se involucren, involúcrate también tú.
MÉTODO 4 PREOCUPARTE POR TI MISMO:
Controla tus emociones. No puedes ayudar a tu hijo si frecuentemente te enojas, te sienes sofocado o actúas sin razón. Estás buscando el cambio, dejar que tus emociones controlen a tu lógica podría empeorar el problema.
Salte de la posición de la relación padre/hijo. No te van a escuchar sólo porque eres más viejo. Piensa en cómo lidiarías con la situación si fueran iguales. ¿Cómo intentarías llegar a ellos? Mantenerte un nivel arriba te ayudará a pensar claramente y a tomar mejores decisiones.
Toma tiempo para relajarte. Si estás perdiendo el sueño por esto, no estás en la mejor forma para resolver el problema. Al final del día, es tu hijo quien necesita superar esto, no tú.
No te sientas culpable por darte tiempo para ti. Es importante que te rejuvenezcas y recargues energía antes de seguir lidiando con temas exhaustivos. Si estás muy cansado, lo demostrarás. Te desesperarás más fácilmente y es más probable que te rindas. Tu hijo necesita que estés ahí para él. Tomate el tiempo de hacer simplemente eso.
Mantente positivo. Tal vez estás ahogándote en un vaso de agua. ¿Cómo fueron tus años de adolescencia? ¿Tus amigos, tu familia? La mayoría de los actos de rebelión vienen en fases. Aunque sí debes de tomar a tu hijo(a) de manera seria y atacar los problemas directamente, saber que «esto pasará» es muy benéfico para tu estrés y tu habilidad de sobrellevar la situación.
La felicidad es contagiosa. Si tu adolescente sabe que estás agobiado, exhausto y amargado, no tienen un buen ejemplo a seguir. Todavía están en una edad en la que necesitan imitar a alguien, tú puedes ser sea persona.
Espero te haya sido de utilidad, no olvides que puedes de4jar tu opinión bajo el artículo.
127 comentarios
Muy bien Cristina, que bonito es ayudar a los demas, estoy orgullosa de ti.
Los comentarios están cerrados