- Las Fuerzas de Seguridad tendrán que rellenar un formulario donde valorarán 15 posibles indicios de homofobia, xenofobia u odio al diferente en la comisión de los delitos
El día 13 de noviembre de 1992, se producía un horrible crimen racista en nuestro país. Cuatro enmascarados vestidos de negro, irrumpieron en las ruinas de una discoteca “Four Roses” y dispararon a contra cuatro dominicanos que cenaban sopa a la luz de una vela.
Lucrecia Pérez, que tan solo llevaba en España un mes y tres días, moría con la cuchara en la mano, después de que una bala le atravesara el corazón. Otro resultó herido. La semana previa, Aravaca había amanecido con pintadas furtivas: “Defenderse contra la invasión”. Fue un guardia civil, Luis Merino, el que apretó el gatillo, el cual alardeó en el coche mientras huía: “Les he dado tres plomos, que se los repartan como puedan. Ha sido como tirar a dos chuletas de cordero”.
Ayer, 22 años después del crimen, el Ministerio de Interior dotó a las Fuerzas de Seguridad de la herramienta clave para que sus miembros identifiquen este tipo de delitos y los culpables no queden impunes ante los mismos.
El nombre que se le ha otorgado es el de Primer Protocolo de Actuación Policial ante los Delitos de Odio, tras dos décadas de retraso, llega al fin este importante protocolo donde se recogen y definen una serie de pautas definidas para el reconocimiento y registro de todas aquellas infracciones penales cometidas por motivo racial, homófogo y xenófobo.
Bien es cierto, que el artículo 22.4 del Código Penal recoge como agravante este tipo de ilícitos, la cuestión es que, en la práctica, no se suele sustanciar, dado que los atestados no acaban reflejando estos detalles.
A partir de ahora, cuando los miembros del orden vayan a realizar los atestados, manejarán un formulario (con 15 indicadores de polarización) en el que marcarán la estética del detenido, los símbolos que porte, los insultos que profiera, si tiene relación con grupos ultra, si el delito se cometió en fechas determinadas (el día del Orgullo Gay, por ejemplo), la pertenencia de la víctima a un grupo minoritario o, entre otras cuestiones, la aparente gratuidad del delito cometido.
Las organizaciones sociales celebraron ayer el protocolo, el colofón a un año donde se han dado pasos importantes en la materia.
Si en febrero se pusieron en marcha 52 fiscalías especializadas en delitos de odio en toda España (a razón de una por provincia), hace unos meses arrancó el Consejo de Víctimas de delitos de odio y discriminación. Sucede en España, donde en 2013 se contabilizaron 1.172 infracciones penales con el telón de fondo del rechazo al diferente.
Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia y secretario del Consejo de Víctimas afirmaba lo siguiente: “Estamos ante algo histórico, es una vieja reivindicación” (…) “En nuestro país sólo se denuncia el 10% de estos delitos. Generalmente por miedo a las represalias, por desconfianza, por desconocimiento de la ley… Valoramos muy positivamente este paso, pero no cejaremos en el empeño hasta que, tal y como sucedió con la violencia de género, haya en España una ley integral contra los delitos de odio y de protección a las víctimas».
Por su parte, Boti García, presidenta de la Federación Estatal de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales, aplaudió la medida y destacó la “importancia de dar visibilidad” a estos ilícitos penales.
Cerramos esta noticia con las declaraciones de Kenia, la niña tenía solo seis años cuando mataron a su madre mientras cenaba, el diario El País le preguntó acerca de aquel cruel asesinato a su madre, Lucrecia Pérez, mientras cenaba en una noche cualquiera. A lo cual Kenia afirmaba: “La muerte de mi madre sirvió para que haya menos racismo en España”.
Un vaticinio que está tardando en cumplirse, y que esperemos que con leyes y protocolos como el actual establecido se erradiquen totalmente.
13 comentarios
DE VERDAD, SI YO ESTUVIERA EN EL LUGAR DE ESA CHICA Y HUBIERAN MATADO A MI MADRE ASÍ, NO SÉ LO QUE HARÍA!! POR FIN SE EMPIEZAN A TOMAR MEDIDAS AL RESPECTO.
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